Roma, 16 de setiembre de 1767.
... La divina clemencia, implorada con súplicas de personas timoratas, nos falicitó en la sagrada Congregacion de Ritos el sábado pasado, en que se propuso la causa de nuestro gran siervo de Dios el V. Juan de Palafox, sobre la duda de la fama de santidad, que resolvió plenamente con todos los votos. —Constare—La suma vigilancia de Mons. Azpuru, ministro de S. M. descubrió muchas maquinaciones ocultas, dispuestas á fin de trastornar el curso de la causa: pero habiéndomelas comunicado, me pareció no convenir combatirlas abiertamente, sino prevenirlas de modo, que no pareciesen en público. No puedo expresar suficientemente la eficaz atencion del ministro de S. M. Tambien el defensor se ha portado exactamente sobremanera, y ha estado muy dócil á mis insinuaciones. En suma, todos han usado de la atencion debida, y Dios solo es quien nos ha consolado con su clemencia. Suplico á V. M. se digne comunicar estos mis sentimientos á mi grande amigo el señor don Manuel de Roda, á quien no escribo, por excusarle nuevos embarazos. No obstante, recuerdo, que yo siempre soy el mismo como con todo respeto me protesto ser de V. M. su verdadero servidor y amigo.
—Fr. Lorenzo, cardenal Ganganelli.
Muy señor mio:
No ha permitido Dos que triunfase la malicia de la santidad, pues se declaró el sábado en la Congregacion de Ritos, con uniformidad de votos, constar de la fama de la de nuestro venerable señor don Juan de Palafox, victoria debida á las altas providencias de Divina Magestad, que visiblemente protege la causa de que ha dado claras pruebas en el presente caso, cuyas ocurrencias referira á vd. el señor don Manuel de roda, á quien informo menudamente de todas. Ayer miércoles, dió el Papa su decreto, conformándose con la resolucion de la Congregacion, como verá vd. en su adjunta copia. El cardenal Ganganelli, que ha desempeñado por la primera vez su encargo admirablemente, está gozosísimo, y lo manifiesta al Rey, escribiendo á S. M. en esta posta, como á vd. la que paso á sus manos, dándole mil enhorabuenas, y suplicándole me ponga á los Reales Pies, con la expresion mas reverente de mi complacencia.
El mismo cardenal es de dictámen, que S. M. escriba al Papa las gracias, y que convendrá lo hagan tambien algunos obispos, y yo escribo al de Osma la adjunta, dándole solamente aviso de la favorable resolucion de la causa: suplico á vid. se serva mandar se dirija á su destino.
Pasadas las vacansas de la Vilaciatura, se pedirán las letras para el procesillo, pues se ha de formar sobre virtudes, ó irán cometidas á dicho señor obispo de Osma, donde se formará facil y brevemente para ponter cuanto antes la causa en estado de tratar de aquellas en su congreso Dubio; y no tengo temor alguno en que su resolucion ha de ser igualmente favorable, que lo ha sido la de la fama de santidad; porque creo firmísimamente que Dios ha de continuar en protegerla hasta colocar á su siervo en los altares; como en el castigo de sus contrarios hasta su total destruccion, á que los veo caminar aceleradamente, poniendo por si mismos los medios para su ruina. Quedo, como siempre, á la disposicion de vd. y ruego a Dios le guarde muchos años.
Roma, 17 de setiembre de 1767.
B.L.M. de vmd. su mas rendido, obligado servodor y capellan.
—Tomás Azpuru.
The Bishop of Osma was Bernardo Antonio de Calderon y Lazaro (1764-1786). [Gams, 57].
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