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Manuel Danvila y Collado, Reinado de Carlos III Tomo III (Madrid: El Progreso Editorial 1894), pp. 337-339:
El cardenal de Solís B.L.M. al Sr. D. Tomás Azpuru, y le participa como enterado de la voluntad del rey, significada por el Excmo. señor marqués de Grimaldi en carta de 13 del corriente relativa á la noticia que quiere tener S. M. de lo acaecido en los dias 17 y 18 del mes pasado por lo tocante á la elección de Clemente XIV, desea dar cumplímiento á sus reales insinuaciones con el siguiente extracto:
Convenidos los cardenales de las tres Coronas en la imposibilidad moral de que Sersale ó Cavalchini fuesen Papas, después de las exclusivas no formales de Fantuzzi y Colonna, y la oposición que tuvieron los partidos de Rezzonico y del cardenal Juan Francisco Albani á Stoppani, llevados del poderoso motivo que formaron de que los franceses, como lo habían publicado, estaban empeñados en que ascendiese al Pontificado, el cardenal de Solís propuso en la junta regia al cardenal Ganganelli como sujeto digno de la tiara, así por el complejo de circunstancias que le adornaban como por la seguridad que tenía por su anterior y particular trato de que había de llenar las ideas de su monarca, dando cumplimiento á las pretensiones que quería entablar su Corte con el nuevo Pontifice.
Halló bastante oposición el cardenal de Solís en el de Bernis, no porque quisiese separarse, según decia, de las instrucciones que tenían los cardenales españoles, sino porque siendo vario el modo de pensar de los hombres, juzgaba diversamente que el cardenal de Solís del cardenal Ganganelli, y sospechaba no fuese tan á propósito como se discurria; no dejando de adherir á este dictamen, aunque menos claramente, el cardenal Orsini.
Procuró disuadir el cardenal de Solís de este concepto á dichos cardenales, asegurándoles por el anterior trato que tenía secretamente con el cardenal Ganganelli, que ninguano sería más á propósito para ocupar la silla de San Pedro, poniéndoles presente el peligro que amenazaba de que á no proponerse dicho cardenal, debería pasar la propuesta al cardenal Chiggi, quien era tetestable á las Coronas, y, como no ignoraban, estaba en la clase de los vitandos; asegurando siempre el cardenal de Solís no era su ánimo dar paso alguno en esta elección sin el unánime consentimiento de los cardenales que tenían la voz de las Cortes, por prevenirlo así las instrucciones comunicadas por el ministro D. TomásAzpuru.
Conviniéronse en que se echase esta especie al cardenal Rezzonico por el riesgo en que se estaba de que se propusiese alguno que no fuese de la aceptación de las tres Cortes; y habiéndose hecho así confidencialmente, respondió que lo participaría á sus criaturas y que necesitaba tiempo para que lo premeditasen con la mayor madurez.
Conoció el partido Rezzonico que la elección del Cardenal Ganganelli para el Pontificado sería verdaderamente acepta á la Corte de España y de su mayor satisfacción, cuyo respeto unió igualmente á este partido el del cardenal Juan Francisco Albani, movido también de que las ideas de los franceses, por lo que pertenece á Stoppani, no tuviesen efecto. Vieron éstos que Stoppani no podía ser Papa, y que los cardenales españoles anteponian el cardenal Ganganelli á cuqlquiera otro que no fuese Sersale ó Cavalchini, y hubieron de ceder á la premura con que el cardenal de Solís les hacia ver lo útil que sería á las tres Coronas que Ganganelli, y no otro, ocupase la silla de San Pedro.
Sin embargo, el partido Rezzonico y Albani estuvieron día y medio sin responder, y en la última junta se pensó por los cardenales nacionales, que sospechaban laguna intriga secreta capaz de ser contraria á sus ideas, en cerciorarse de lo que trataban con tanto sigilo, obligándolos á que respondiesen categóricamente. En estas dudas y en las que siempre tuvo Bernis de que saliese Papa el cardenal Ganganelli, avisó Rezzonico por su partido y el de Juan Francisco Albani, que estaban prontos á votarlo, en cuya consecuencia y le del anterior consentimiento del cardenal de Bernis para que se le propusiese, convino el Congreso regio ó los cardenales de las tres Cortes en que ascendiese al Pontificado el cardenal Ganganelli, como dignisimo de ocupar la silla de San Pedro; habiéndose hecho esta elección en doce horas.
Que es cuanto puede decir á V. S. el cardenal de Solís, deseoso de que comunicándolo al Excmo. Sr. Marqués de Grimaldi, sepa el Rey el esmero con que ha procurado observar sus reales órdenes comunicadas por V. I., á quien repite sus deseos de obsequiarle.
Roma, 28 de Junio 1769.
translated into French, by François Rousseau, Règne de Charles III d'Espagne (1759-1788) Tome Premier (Paris: Plon 1907), pp. 290-293.
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